Bienvenido Mr. Clarkson

Todos en el seno de la organización sabían que el estado de letargo anotador de Jordan Clarkson no se prolongaría mucho más. Y así se lo hicieron saber.

Antes del encuentro de este jueves ante los Atlanta Hawks, Donovan Mitchell se acercó a él. El escolta no se iba a vestir de corto para la ocasión a causa de un leve esguince de tobillo, así que cedió el testigo a su compañero y le ofreció una frase de aliento. “Sigue tirando”, afirmó Mitchell. “Sigue jugando como sabes. Es solo cuestión de tiempo que los tiros vuelvan a entrar.”

Un par de horas más tarde, el banquillo estalló en júbilo después de que Clarkson anotase 30 puntos, 25 de ellos en la segunda mitad, para sellar la séptima victoria (116-98) de la temporada ante los Atlanta Hawks. Todos sabían lo importante que era para él una noche así después de haber fallado los últimos 23 triples que habían intentado.

El Sexto Hombre del Año de 2021 estaba sumido en una de las crisis ofensivas más profundas de su carrera. Y esta parecía que se prolongaría un encuentro más después de una primera mitad en la que a los Utah Jazz no les salió nada. Sin Mitchell, los de Quin Snyder parecían un velero sin timón y solo anotaron 39 puntos en la primera mitad. Además, hubo problemas defensivos que permitieron muchos lanzamientos sin oposición que, por suerte, los Hawks no lograban encestar con regularidad. Así, fue un milagro que los Jazz llegaran al descanso solo un punto abajo.

Esta diferencia se dispararía hasta los nueves puntos en el tercer cuarto. Hasta que Jordan Clarkson entró en trance. El guard fue el líder de un auténtico vendaval ofensivo que se contrapuso a lo mostrado con anterioridad: los 39 puntos de la primera mitad dieron paso a 77 tantos en apenas 24 minutos. 25 de ellos para un Clarkson que, además, presentó el mejor diferencial del partido con un +29 en sus 31 minutos en pista. El show fue suyo.

“Hay muchos jugadores a los que he sentado por lanzar demasiado”, afirmó Quin Snyder tras el encuentro. “Jordan Clarkson no es uno de esos tipos. Nunca lo dejaría en el banquillo por fallar tiros. ¿Por qué? Porque creo en él.”

La creencia y confianza en sus posibilidades no es solo completamente real, sino también efectiva. Dentro de una filosofía que apuesta casi a ciegas por el triple, Clarkson es quizá el jugador que mayor libertad de acción dispone en lo que se refiere exclusivamente a tirar a canasta.

Una seguridad que él mismo agradece y a la que respondió el pasado curso afirmando que nunca ningún equipo le había permitido ser él mismo sobre la cancha. Y dentro de una inercia tan positiva y victoriosa como la que presentan actualmente los Jazz, es mucho más fácil regresar al flujo de juego habitual.

“En mi mente trato de seguir siendo yo mismo”, afirmó Clarkson después del encuentro. “Mis compañeros de equipo, el cuerpo técnico, el propietario, todos se me acercan y me dicen que siga tirando. Don [Mitchell] antes del partido me dijo que desde que entrara el primer tiro, los demás también entrarían. Y así fue. Me quito el sombrero.”

(Fotografía de portada de Scott Cunningham / NBAE via Getty Images)

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