La superioridad colectiva mantiene invictos a los Utah Jazz

Cuatro de cuatro. Los Utah Jazz han comenzado la temporada a un gran nivel que les permite asentarse como el único equipo invicto tras casi dos semanas de competición. El último conjunto en hincar la rodilla han sido los Houston Rockets, quienes sufrieron un duro correctivo (122-91) a manos de los de Quin Snyder.

Los de Salt Lake City no han conseguido alcanzar el acierto exterior del pasado curso, ni en volumen ni en ritmo anotador. Pero más importante que la anotación individual ha sido el desempeño colectivo del equipo con los secundarios en pista. Precisamente, una de las grandes debilidades el año pasado: la diferencia de rendimiento entre el quinteto inicial y los secundarios.

En este aspecto, el arranque del curso está siendo absolutamente demoledor. La segunda unidad de los Jazz ocupa la primera posición en plus/minus (+8,2), la segunda en puntos por partido (43,0) y la cuarta en rebotes (19,8) y tapones (2,5). Unos datos fríos que adquieren una gran dimensión si los comparamos con los de la temporada 2020-21: 38,9 puntos (8º), 16,4 rebotes (15º), 1,6 tapones (22º) y un plus/minus de +1,3 (4º).

Por ejemplo, los Jazz superaron a Houston en 21 puntos en los 16 minutos que Hassan Whiteside estuvo en pista. Tres días antes, contra Denver, los 19 puntos en 24 minutos de Jordan Clarkson se transformaron en un +19. En el duelo inaugural ante Oklahoma City, le había tocado el turno a Joe Ingles: +11 en 26 minutos, mejor registro desde el banquillo.

Las incorporaciones en la temporada baja de Whiteside y Paschall han sido especialmente útiles para reforzar esta segunda unidad. Lo que ya se presumía sobre el papel ha terminado por confirmarse en la cancha: ambos suponen una mejora notable respecto a Derrick Favors y Georges Niang. Todo ello a la espera de lo que pueda aportar Rudy Gay desde que complete la recuperación de la operación en el talón a la que fue sometido en verano.

El center todavía tiene que adaptarse por completo al esquema defensivo de Snyder pero en ataque presenta unos recursos, un movimiento de pies y un impacto que no se posee ningún otro jugador interior del roster. Paschall, por su parte, ha encajado en la circulación de balón del equipo y su productividad acaricia diversos ámbitos como el pase, el rebote, la defensa y el tiro exterior.

Además, Jared Butler ha extrapolado las buenas sensaciones de la pretemporada a la regular season con sus primeros puntos como profesional en partido oficial. Después de brillar durante el training camp, Snyder le pidió paciencia y ante Houston maximizó los catorce minutos de los que dispuso.

La postura conservadora del head coach con los novatos invitan a pesar en responsabilidades muy limitadas, pero Butler comprende otro perfil más con el que el equipo no contaba el año pasado. Además, sus tres años universitarios en Baylor (con título de la NCAA incluido) lo convierten en un jugador más maduro y preparado para reclamar cierta relevancia en la NBA.

La ausencia de lesionados, además, está permitiendo reconfigurar las rotaciones hacia su enfoque inicial. Jordan Clarkson mantiene su estatus de microondas con sus 17 puntos por partido, mientras que Joe Ingles, sin sobrecarga de funciones ni minutos, ha arrancado la temporada con una eficacia anotadora de escándalo, exhibiendo registros de True Shooting y %EFG superiores a los de estrellas como Kevin Durant, Stephen Curry o Giannis Antetokounmpo.

Los Jazz finalizaron el partido contra los Rockets con siete jugadores en dobles dígitos de anotación. Un resumen perfecto del rendimiento colectivo que está exhibiendo el equipo, aún cuando el acierto exterior se mantiene bastante lejos del mostrado el curso pasado. Y eso que, como mencionaba antes, no todos los jugadores están disponibles o están tratando de aclimatarse por completo a su nuevo destino.

También es cierto que, a excepción del duelo ante los Nuggets, el calendario ha sido bastante benevolente para los Jazz. Pero estas primeras muestras abren un nuevo sendero esperanzador para el equipo, el cual, ahora sí, tratará de cimentar el asalto a la cota más alta posible: el anillo.

(Fotografía de portada de Michael Wyke / Associated Press)

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